page title icon El criado del Real Madrid afronta otra batalla por un escaño tras los partidos de verano fuera de casa

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Uno de los episodios más sonados del inicio de la carrera de entrenador de Carlo Ancelotti llegó al Parma, cuando rechazó la oportunidad de fichar a Roberto Baggio, porque no formaba parte del sistema 442 que el técnico quería jugar.

Esto demuestra cuán comprometido ha estado el entrenador con sus sistemas a lo largo de los años, pero los jugadores han podido obligarlo a cambiar sus planes en circunstancias excepcionales.

Como apunta Marca en su artículo de hoy, Isco hizo esto con Zinedine Zidane en 2017, obligando al 433 con la BBC a la cabeza a reformarse en un 442 diamante.

Ahora le toca a Fede Valverde hacer lo mismo. Su lugar en el centro del campo nunca es seguro por la calidad que tiene el Real Madrid, pero la temporada pasada pudo jugar de lado por momentos para adaptarse al equipo.

Tras la incorporación de Aurelien Tchouameni en verano para reforzar aún más la medular, a Valverde le conviene acostumbrarse a su sitio en el lateral derecho.

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